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Anouk me importa

- xv - Crecer y Menguar, esa era la sensación de Alicia en la casa del conejo

- xv -  Crecer y Menguar, esa era la sensación de Alicia en la casa del conejo Después de mirar a Roxana me miraste a mí. Creerías que iba a saludarte. La semana pasada habíamos vuelto a hablarnos después de casi dos meses de silencio hostil pero te equivocabas. Eso ocurrió el día que Nora y yo estuvimos tomando el café en el 'Puesta de sol'(el bar no se llama así pero hay una inmensa puesta de sol en tonos rojos y anaranjados pintada en la pared) y Nora y Anouk hablaron con Enol pero el lunes ya era otro día.

Tú y yo hablamos más tarde de lo del teléfono aquel jueves, luego en la calle al par de horas. Anouk entró a la panadería a buscarme. Y yo hacía unos minutos que me había cruzado con ese tipo que me llama tanto la atención y que no me hace ni caso ( apareció en escena como hará cosa de un mes y medio y me recuerda mucho a aquel Enol que conocí cuando tenía 18 años). En mi interior le digo 'el extranjero' porque me lo parece, tal vez por el contraste entre su pelo blanco y la barba negra. Y tú, que esperabas en la esquina, me taladraste con los ojos y te pusiste sarcástico conmigo. Y yo que iba andando a tu lado tomada de la mano de Anouk reaccioné orgullosa y sensible, como me ocurre aunque no quiera (y conste que me encanta, aunque sólo te lo exprese entre la intimidad de este paréntesis). No entiendo por qué cuando me miras y me hablas de esa manera en que lo haces, como si estuvieras amonestándome por algo, como lo hiciste ya aquel primer día en la consulta cuando nos conocimos, me siento como si volviera a tener diez años y tú fueras mi abuelo, y el vértigo se repite. Me haces sentir pequeña y borracha de debilidad pero el lunes eso no ocurre y tú te enfrentas a mí esperando que yo abra primero la boca pero no lo hago, te digo lo que te digo con la mirada y no la abro. No me da la gana (orgullo sin debilidad) y tú entonces aprietas los labios y sientes el vértigo, es tu turno, porque si no emites el saludo estipulado no sabes vivir sin marearte, sin tener la sensación de que el mundo gira y gira cada vez más rápido. Y te sientas detrás de nosotras y esa mujer, Carmen, si te saluda y te hace la pelota a raudales. ¡Qué asco!, y yo pienso que eso es lo que te gusta, a lo que estás jodidamente acostumbrado, lo que dominas, pero por eso mismo a mí no me da la real gana (soberbia y sensibilidad). Y desde esa tarde no te veo.

Luego, el martes, Alma me dice que tiene cita el 11 de octubre con su enfermera. Y me lo dice después de que yo le haya contado que he vuelto a ver a Dalma y que ese mismo día he quedado con Enol para follar en un hotel, y yo me enfado y le digo que la cambie, que ese lunes me va a ser imposible acompañarla porque ya he quedado y no quiero tener que ir corriendo por todas partes con la comida en la boca y menos para follar. Y Alma se enfada y dice que no, que ya se arreglará sola y todo porque no le gusta transigir con sus hábitos y discutimos porque la vejez es muy egoísta y ella en el fondo, en el trasfondo, lo que no quiere es que yo ande por el mundo acostándome con nadie; y es esa moral antigua, trasnochada y judeo-cristiana, y lo que considero aún más aborrecible, que no es ni su moral porque Alma no es tan idiota ni de coña... Digo que es esa moral malentendida y que ha tomado prestada la que le hace de continuo intentar reventarme todos los planes. Pero yo hoy tengo una contractura en el cuello que no me permite ni moverme y sólo estoy esperando a que llegue mi marido para arrastrarme hasta casa... Si fuera cualquier día, cualquier otro día me levantaría enfadada, agarraría mis cosas con furia, abriría la puerta y me marcharía dando un portazo y mandándola a tomar por el saco; o sea, lo que hago dos o hasta tres veces por semana si se tercia porque eso es lo que conlleva la confianza, que uno entra en dinámicas familiares y le es imposible escapar de ellas y por eso mismo, por lo que decía esta madrugada, porque la gente no cambia, no cambiamos, en el fondo somos los de siempre, estamos condenados a serlo, los mismos oxidándonos. Por cierto, anoche antes de acostarme busqué aquellos diarios en los que le escribía a Enol y releyéndolos se me hizo otra vez muy tarde:

'''... luego poco a poco los cambios se fueron efectuando, nos cambiamos de casa en diciembre del 71. La zapateria fue vendida para almacen, mucho antes decayo la costumbre de vender zapatos en la plaza. Guelito se fue a la mar. Por fin empecé el colegio, alli todo no fue también, y que quieres que mas te diga, tengo que abrir camino a la ''verguenza callada'' que es el libro del que tengo escritas dos páginas y media a máquina. Que díficil es en papel hacerse mayor sobre todo cuando el estilo brilla por su ausencia y la pereza mental envuelve como coraza toda tu mente. También pienso en hasta que punto contar realidades u omitirlas, transplantarlas. Como contar que no tengo ni remota idea del tiempo idea del tiempo que paso desde mis primeros recuerdos hasta el día que me conciencie que tenía padres. Creo que el primer recuerdo que guardo, de uno de los dos, es la voz que me dijo ten cuidado no te vallas a caer. Pero que iba a hacer yo quería ver la calle, era todo tan bonito. Luces, brillos, cielo oscuro, y luna. Aquella voz dura, tajante, pasados los cuatro años. Donde estuvo hasta entonces?. Sin embargo la voz de guelita me suena de siempre y las regañinas de guelito también. Que era de ellos, que hacían, donde vivían, si hasta Mimi me suena de antes. Nací por lo visto hija desnaturalizada pero creo que solo palpe en aquellos tiempos indiferencia. Si hubiera habido cariño yo lo hubiera recibido estoy segura. De todas formas debieron sufrir mucho, en ese sentido supongo que el nacimiento de mi hermano fué un consuelo para ellos. De lo que estoy segura que el cambio de piso se efectuo a razón del embarazo de mi madre. Estoy escuchando la radio al parecer de momento no hay arreglo entre govierno y estudiantes, el conflicto va ya para mes y medio... '''. 30/01/87

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2 comentarios

manuel h -

quién te iba a decir aquel año lo mucho que te iba a gustar seguir escribiendo.
un beso

Anouk me importa -

Aquel año Leandro me dejó para septiembre literatura sólo por ortografía y acentuación