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Anouk me importa

Diario

- x - El médico

- x -  El médico Enol está leyendo algo que creo recordar Nora leyó hace algunos años. Y hará no muchos minutos (ahora son las diez y media) me dice que se va a la cama porque 'El médico' de Noah Gordon le espera y también me dice que este libro le ha enganchado el alma. ¡Qué envidia! Yo no me estaba mostrando muy comunicativa así que lo agredecí. Había abierto y cerrado la pantalla del ordenador un montón de veces durante la última media hora. Quería saludarlo y no quería siquiera. La regla me ha venido esta tarde y aún sigo conectada en el portátil a pesar de que no tengo excusa: mi hermano arregló el otro. Llevábamos unos diez meses sin hablarnos, el día de reyes haría el año... pero él buscó la manera de comprometerme y como después de todo es mi hermano, me dejé corchar... Se presentó aquí con su novia el martes por la mañana. Minutos antes de que lo hiciera me empecé a poner malísima y llamé a la casa de mi madre para avisar de que tenía que meterme en la cama y dejarle recado a él de que no viniera (habíamos quedado) y en ese momento sonó el timbre de la puerta de la calle. No me lo podía creer. Él sabe como soy y se presentó con ella en mi casa sin que yo la invitara. Nadie, ni mi madre, ni mi abuela están invitadas y por eso no entran aquí desde hace años pero tú eso creo que ya lo sabes. Y lo que mi madre no puede creerse es que me comportara como una persona y les dejara pasar. ¿Y qué querías que hiciera?, ¿causarle un daño irreparable, a ella, como el que me causó a mí la madre de mi marido?.

- Tenemos que pedirte un favor. -me dijo él dándole un codazo a la novia para que hablase

Yo me había sentado frente a esta pantalla y no les había invitado ni a tomar asiento. Me sentía pálida, muy pálida y las ganas de vomitar me cursaron aviso de recibo en el estómago. Somatizo, no muy amenudo pero a veces lo hago. Desvalimiento. Temblor de piernas. Impotencia. ¡Ay dios mío!. ¿Y esta vez que iría a escuchar?. 'Tenéis que perdonarme pero me encuentro muy enferma' -les anuncio ¿ Y qué es lo que puedo hacer por vosotros?'.

- Es que tenemos problemas con una prima mía y ... -dijo esa chica que parece haber nacido sólo para cargar con todo tipo de cruces en la vida

- Necesitamos que grabes tu voz en un mensaje en este contestador -terminó él por ella.

Y yo no entendía nada pero tampoco sabía si querría entenderlo. ¡Qué asco!. Increíble. Mi hermano siempre igual. Metido en toda clase de líos sucios.

En eso comienza a sonar mi teléfono. Es mi madre para decirme que le ha sido imposible localizar a mi hermano y él me hace gestos para que no le diga que está aquí. Y la nausea se abre paso por el esófago y me sube hasta la faringe. ¿Por qué demonios todo el mundo pretende de mí el silencio y la mentira?

Al final no he vomitado, y él ha se ha marchado con el telescopio que me regaló mi padre. Y eso era en exclusiva para lo que le esperaba, para que no tuviera que envidiarme nada y me dejase en paz. Pero antes de echarlos (les dije eso que me sentía tan indispuesta que no me quedaba otro remedio que el de pedirles que se fueran)he aceptado grabarles mi voz: 'Hola este es el contestador del número 626643504, así que si quieres ponerte en contacto con Anais déjame tu mensaje'.

- ¿Y quién se supone que soy yo? -le pregunto a ella.

Y la joven hormonada que tengo delante, mientras yo sigo palideciendo y ella sigue al margen por completo a la conciencia del motivo real de mi malestar, comienza a narrarme una historia truculenta y él hace el último viaje al coche con el trípode.

Resulta que su prima se quejaba del marido. Les decía que era un cabrón y que si se la pegaba con otra, y que si había comprado una botella de Champagne, y que si esto y lo de más allá... y un día ellos le vieron (estoy por asegurar que le siguieron a propósito, que le espiaron) e iban además en compañía de esa 'hijadeputa' que debe ser la futura suegra de mi hermano y le vieron con otra mujer besándose o no (lo habrían visto aunque fuera falso, sólo por que les gusta regodearse en el sufrimiento ajeno) y se presentaron en la casa de la prima cornuda para decírselo, que resulta que en el fondo no quería saber nada y la prima cornuda se puso como loca y les echó a ellos la culpa de sus problemas y desde entonces les deja mensajes insultantes en el contestador donde sonaba una canción se Sabina hasta que yo aparqué en él mi voz

Cuernos, cuernos, cuernos,
siempre tan modernos,
cuernos, cuernos, cuernos,
es la solución
pon un par de cuernos
a tu depresión.


Y he tenido que seguir enterándome de sus sordidas historias hasta que he dicho 'Basta. No quiero saber más'. Da igual lo que sea: juicios, palizas, chantajes, pinchar ruedas, robar, delatar, enviar anónimos, destrozar cabinas telefónicas... porque tengo un hermano que es un desgraciado y siempre será un desgraciado y hará desgraciado a cualquiera que le rodee y ni yo ni nadie puede hacer nada por evitarlo. Y cuando he cerrado la puerta tras ellos, he bajado la persiana para no verme ni las manos de lo pálidas que las tenía. Y así a oscuras, como ahora, sólo con la luz de fondo de esta pantalla he marcado de nuevo el número de teléfono de mi madre y creo que he llorado.

Y hoy Enol no ha querido hablarme sobre el sufrimiento de otras personas supongo que para evitar que yo lo escriba aquí.

- vii - El espejo

- vii -   El espejo Conocí a Luis justo después de conocer a Ramón porque creo que se llamaba Ramón aquel taxista que nos recogió a mí y a mi 'baúl' a las siete y media de la mañana y nos depositó en la estación de autobuses.

(* omito la historia del taxista, al menos de momento...)

Y viajamos solos (bueno, con mis chicos) durante los primeros ochenta kilómetros. Luego, en esa tercera parada que hacemos se incorpora una mujer viuda con su gente y continuamos trayecto hasta recoger a la que sería mi jefa directa y su hijo. Primera decepción: no sería ese Luis al que acababa de conocer, quién iba a permanecer con nosotros durante los diez días de vacaciones como compañero mío sino 'A'. Luis era guapo, alto, moreno, muy sexy , joven, e hilarante. No podías dejar de reirte con él ni un minuto. Un tío de esos con gracia, con auténtica gracia. Y 'A' era ... vamos que 'A' no tenía nada que ver con Luis desde luego y además resultó ser una cruz. Con los últimos vinos, diez días más tarde, me confesó que no tenía relaciones sexuales con su mujer. O sea, que como yo con mi marido sólo que al revés, y con la diferencia de que mi marido no necesita pagarle por ello a ninguna prostituta

Con Luis viajé los primeros doscientos kilómetros y luego me invitaron 'amablemente' a subirme a la furgoneta de 'A'. Lo de amablemente es un decir, por supuesto, porque con 'S' todas las obligaciones se formulaban, en principio, de una manera amable

(* omito hablarte de esos diez días, al menos de momento...)

Lo cierto es que yo no soy ninguna calientapollas, se pensara allí lo que se pensase acerca de ello. Soy sólo alguien que elige o rechaza, y después de tantos sin sabores y de tanta abstinencia elegida cuando 'A' y yo le encontramos por las calles del pequeño pueblo, perdido al volante y en busca del colegio en el que había transcurrido nuestra estancia... decidí que sería esa misma noche y que sería con él.

Iniciamos la andadura después de comer, sobre la una y media de la tarde. Yo me había tomado dos albariños: uno con 'A' que fue dónde me largó todas sus confidencias sexuales y otro durante la comida que yo pasé diciendo: 'menos mal que nos vamos porque sino menudo marrón que se me cae a mí encima con el pavo este'; así que entre eso y los casi cuarenta grados de temperatura que padecíamos, un sopor desconocido me hizo ir dando cabezadas durante los primeros 200 kilómetros de regreso. Aclaro que ni de niña lograron que me durmiera una mala siesta.

Y llegamos a la parada del camino. Los conductores tienen que detenerse a descansar cada 'equis' horas o kilómetros y ahí es dónde nosotros inciamos el contacto y yo observo como 'A' y él se tratan como viejos conocidos. Así que es mi hombre, sin duda, y en ese polvo más que disfrutar solamente, lo que pretendo de paso es hacerles morder el polvo a todos esos capullos integrales que he tenido que soportar durante los últimos diez días. O sea joder dos veces, una siendo jodida y otra jodiendo. ¿Qué pasa que no se iba a correr la voz?. 'Mira tú quién fue, al final, el que se tiró a la monitora. ¿No decíais que no había manera?'. ¡Uhm!, paladeaba de antemano ese mi momento de gloria, que imaginaba, y la cara de gilipollas que se le iba a quedar a más de uno por payaso.

Y apenas contaba para seducirle con los últimos ochenta kilómetros en los que nos quedaríamos de nuevo solos (bueno, solos del todo no, con mi chicos)... aunque si había retenciones, cosa por otro lado bastante probable, estaríamos hablando de un intervalo de entre dos y dos horas y media. Y lo que yo quería era resultar insinuante, apetecible, no una mujer casada más y tan desesperada como de aquellas de las que él me venía hablando desde hacía un buen rato. Mujeres que asisten a bodas con sus esposos, y sus perfumes y afeites y trajes horteras y caros, unas iguales que otras, indistinguibles, todas iguales, nacidas e invividas en aldeas locales y comarcales y que siempre acababan follando con él en los asientos de atrás del autobús, mientras el marido las cree en el baño con una amiga que se ha puesto indispuesta o vomitando.

- ¿Qué es lo más extraño que te ha sucedido nunca? -le pregunto

- ¡Uf!. Tantas cosas, de todo... pero te cuento lo último, ¿vale?

- Claro, lo que quieras. A mí todo me está resultando muy interesante - le digo sin tratar de ocultar mi edad.

Luis tiene 30 años, y no podrá viajar nunca con transportes escolares, hubo una chica de 15 que después de meterse en su cama una noche le denunció y por eso me dice que ahora le gustan más las maduras: '¿Saben lo que quieren y lo que buscan?'. Claro, yo lo sé: quiero que me pida mi teléfono y no tener que ofrecérselo porque lo que busco es pasar esa misma noche con él. Tengo hambre. Tengo hambre de hombre y ha sido él quién me la ha despertado.

Y Luis no lo entiende, no es capaz de explicarse, porqué motivo ella le denunció pero dice que en el fondo no aprende porque el sábado pasado un chico, integrante de una pareja de adolescentes, le suplicó que les dejase entrar al interior del autobús a ocupar sus asientos mientras la orquesta del baile tocaba pasodobles. Sólo querían estar un rato a solas y él me cuenta que le dieron con la fibra sensible y que por eso les abrió las puertas y les dejó pasar aunque él no podía irse, no, no, ¿cómo iba a dejarles a los dos solos en el autobús?. '¡Joer!.No sé, ¿para que me lo arrancasen, por ejemplo?, y mira tú qué gracia'. Y por eso desde el espejo pudo verlo todo, como primero se pusieron cariñosos, y cómo pronto se fueron calentando y cómo luego la chica mientras su novio le comía el coño estaba gozándola y fue poniéndose más y más cachonda y como, por eso mismo, acabaron follando delante de él, sin importarles que él les viera o tal vez por eso mismo más excitados. Y es que los chicos de ahora están acostumbrados a follar en cualquier parte. Y a mí me gusta este Luis que va contándome esas cosas suyas con esa naturalidad y que no presume de nada, ni de culto, ni de listo, ni de aséptico, ni de borracho. Y yo pienso en ti, sólo en ti como acostumbro y en lo muchísimo que te he estado echando de menos, desde que otra vez nos alejamos..., y en mí, en lo muchísimo que me gustaría follarme a Luis sólo para que tú lo vieras aunque fuera tal día como hoy, un día cualquiera, por este espejo mágico: un espejo como los de esos cuentos con malévolas madrastras. 'Dime espejito mío. Dime espejito de oro: ¿quién es la más perversa de todos lo contornos'. Y sólo por eso sé que me lo follaré, que voy a follármelo exclusivamente para después contártelo a ti con pelos y señales y que te jodas y que te guste y que por eso sufras, y me condenes y que a la vez te de morbo... pero lo yo ni siquiera sospecho entonces es que esta vez te lo voy a contar directamente y mirándote a los ojos

- v - ... y por qué no podría haber sido sólo para seducirte a ti.

- v -   ... y por qué no podría haber sido sólo para seducirte a ti. '... y por qué no podría haber sido sólo para seducirte a ti'. Ese es el mensaje que le envío a Enol desde el centro de salud cuando ya he pasado por esa reunión dónde iban a presentarme a la nueva compañera. Patricia, la chica que había aceptado el trabajo ha llamado el miércoles por la tarde a la asociación y ha renunciado al puesto. Les ha dado como excusa que no le iba a ser posible compatibilizar horarios pero yo no lo he creído. Además lo sospechaba. Me preguntaba que sería lo que iba a suceder cuando ella llegase a las instalaciones y comentase con el personal que íbamos a trabajar juntas... Y así ha sido. Formulé una hipótesis y creo que acerté. Estoy segura de que cuando comenzaron a contarle como puedo llegar a comportarme con cualquiera... lograron asustarla. ¿E iba a arriesgarse a algo así por 40.000 ptas?, por cierto, ¿cuánto supone eso en euros?. Pero me he presentado en el despacho y he visto a Roxana y se me ha caído el alma a los pies. Esos chicos están condenados y la presidenta se ha pasado toda la entrevista con los brazos cruzados como cuando no se relaja nada y se mantiene a la defensiva. A las dos nos había gustado mucho Patricia y era evidente desde el primer minuto que ambas formaríamos un buen equipo. Aún así he tratado de sobreponerme a la primera nefasta impresión y he comenzado a adoptar posturas de apertura y proximidad con el cuerpo para suministrarle a la chica un poco de seguridad en si misma y no tanta cerrazón y Roxana me las ha ido copiando. Pero ni con esas la presidenta se ha relajado del todo y sin miradas siquiera, supimos que compartíamos la misma escasez de confianza por el futuro del grupo.

La invité a tomar un café que pagó ella para acercarnos. Entramos en el Casablanca y subimos al altillo. Un individuo moreno y atractivo con un traje elegante desde la calle ata mi mirada durante un segundo largo y me sonríe. Yo no correspondo. No estoy de humor para tonterías y si lo hiciera estoy segura de que él se lo habría pensado mejor y en vez de transitar sólo al otro lado de la ventana, se detiene y cruza el umbral del local. Roxana bebe coca-cola y es más resuelta de lo que aparenta en principio. Y me habla de dinámicas y me pregunta por lo que opino, me dice que es lo que ella ha pensado para hacer frente a la actividad, y el café es intragable, así que lo aparto hasta el borde más lejano de la mesa y ella no tiene ni idea de deportes (como mucho, ejercicios de coordinación) y me comunica con sinceridad aplastante que va a necesitar apoyarse en mí. Y yo le digo que sí, que lo de las dinámicas a mí me parece de fábula pero que no es exactamente eso lo que les apetece a esta gente que hagamos con sus hijos. Y ahí esta el problema, que eso era justo lo que yo no quería: el asumir la responsibilidad de los entrenamientos. O sea que ella va a poner su buena voluntad en ayudarme pero yo que soy la supuesta voluntaria voy a ser la que piense y me esfuerce como si me pagaran por ello. Bueno, no será sencillo pero dice que contamos con mi experiencia y yo sólo procuro pensar en lo que he aprendido en estos últimos años con mi compañero y como mucho me doy los tres meses previstos...

Algo positivo que he sacado en claro de nuestra conversación por hacer un balance favorable: ella ha estudiado trabajo social (ha vivido en pisos tutelados con enfermos mentales) y me ha estado comentando la existencia de algunos programas interesantes; sobre todo me ha llamado la atención el más peligroso o el menos recomendable (así es como lo tasa Roxana): ' la ayuda a las prostitutas en la calle'. Entonces le he dejado claro que mí el ejercicio de la prostitución me parece de putísima madre, aunque que me gustaría que no existiera la explotación de las prostitutas como tal y sobre todo los amos de otros. Y Roxana no se ha escandalizado ni por eso ni por lo que le he explicado después y me ha hablado de alguna idea más y yo se las he valorado en conjunto pero en la práctica... Me ha pedido sólo que pueda comentarlo conmigo todo y que entre las dos seamos capaces de ponernos de acuerdo y le he dicho que sí pero... espero, sólo espero. Y ahora la actividad se ha convertido en un proyecto que de antemano me aburre.

Luego le he comprado unos pendientes a Anouk, unos aros rosas y la chica de la tienda me ha recibido con una inesperada alegría. Hemos hablado durante unos minutos de su viaje de bodas y me dice que lo de la rivera maya ha sido un gran acierto y que se muere de ganas por regresar. Se la ve tan bonita y feliz. ¿Por qué yo no puedo conformarme con depender, por ejemplo, en una tienda de ropa y pasarme la vida sonriendo y haciéndoles las pelota a los demás y tengo que sentirme tan asquerosamente libre todo el tiempo?. Así no hay manera de convertirse en una mujercita de provecho (entreparéntesis: lease con un mohín)

Más tarde le he leído a Alma la última conversación entre Enol y yo y sé que Nora ya no las leerá porque yo no quiero que las lea ni leérselas. También sé que deberé mudarme porque ella conoce la existencia de la página dónde publico esas conversaciones y entiendo que no será capaz de resistir a la tentación de no buscarla, y de esa manera su marido también acabará dando con nosotros. Me limito a prevenir males mayores y hasta tal vez, pienso, que de haber sido una niña estudiosa y no tan fantástica habría llegado a ser una buena cirujana. Me imagino circuncidando prepucios de hombre pero también me imagino lamiéndote a ti la polla. Nunca llegué a saber a qué sabías...

Y Alma ha puesto el grito en el cielo. 'Eso es una degeneración', ha exclamado. '¿De verdad piensas acostarte con ella?. Creí que esa etapa se había muerto y la habías dejado bien enterrada en el pasado con aquella mujer... '. Pero luego nos reímos, nos reímos escandalosamente y las dos sospechamos que ella aún está viva, más viva que nadie que yo conozca, a pesar de las arrugas, y las limitaciones físicas, y la vejez, a no ser Anouk.

Y dan las tres y media y comienza a sonar el teléfono. Es Nora y me pregunta si podemos vernos ya y si voy a llevar el portátil como el día anterior y le digo que no, que no me apetece, y sé que soy cortante pero es que no pienso esclavizarme ni de esa, ni de ninguna otra manera. Detesto los compromisos y ella lo sabe. ¿O sea qué pretende que yo renuncie a mi intimidad para que ella sólo se divierta?. La libertad también es una conquista, así que quedamos para más tarde y me dice que ha estado escribiendo en su diario. Y sé que lo hace porque yo le he comentado que Enol tiene esa dirección suya y podría leerla (se la facilité)... y de eso se trataba, de provocarle estímulos, ¿no?. Pero la visito y no me gusta lo que contemplo: 'Ayer soñé, pero estaba despierta, quería sentirme pura, quería ser como una virgen que llevan en brazos, ayer soñé despierta y luego lloré, porque era eso, solo un sueño'.. ¡Por dios, que no somos novicias, que ya no tenemos edad para serlo! y es que me disgusto porque lo que leo e interpreto no es ninguna fantasía de mujer, y creo que me voy a romper la crisma por una niñita que no ha crecido y lo que es peor, que no tiene ninguna ilusión por crecer. ¡Jo-der!, que si Enol quisiera desvirgar a una jovencita digo yo que se follaría (o follará) a una niña de 20, que esas tienen las neuronas del placer más a flor de piel y no tan perdidas y reclusas entre tantas cicatrices... No podemos permitirnos el lujo de resultar tan patéticas cuando el alzheimer ya está casi ahí, esperando impaciente a la vuelta de la esquina. No sé, pero deduzco que las memorias poéticas y la estulticia es lo peor que se olvida

Y a las cinco y media otra vez el teléfono pero no contesto. Luego sí me entero de que era ella misma para decirme que había escrito algo más...