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Anouk me importa

- xvi - El olor negro y los colores

- xvi - El olor negro y los colores

Este mediodía sigo leyendo a Meden, espiándole sus motivos:

...Desde lo más alto de lo claro, la cima de la vida, la idea de la muerte con su tentación a lo oscuro puede acercarse sin demasiado miedo a ser descubierta. Estamos a un paso de entrar en los sótanos de lo turbio. El sexo profundo, el que aún está esperando a los actos, está instalado en la imaginación, es dueño y pide mucho. Siempre parece hambriento. A pesar de que Lucía y Lorenzo, en su vida real, podían sentirse satisfechos el uno del otro, pensé que ante ciertas ofertas ficticias (fuera de casa) su sexo no pararía de fantasear (por separado) y de provocarles preguntas que sólo podrían responderse a solas. De esta posibilidad de identificación con otros personajes y situaciones, siempre en secreto, surge el siguiente sentido que cobró el sexo: el de las fantasías inconfesables, descontroladas, irracionales, el libre instinto, y los supuestos. ¿Qué harías si....te gustaría que...si nadie más se enterara?. Éste es realmente el material que maneja el escritor, pero...¿hasta donde se le permite vampirizar vidas ajenas?... y, ¿cuánto poder está dispuesto a otorgar a su ficción para provocar a la realidad, yendo detrás de ella para intentar que se comporte según lo que ha escrito?... Hablo de afectar con su proceso de escritura en la vida de otras personas. Delicada esta necesidad ciega de encontrar una buena historia, más aún si él mismo se expone entrando en el juego.

Es martes por la tarde y acabamos de dejar a su hija en la piscina. 'En el rato que estuviste dentro con Sandra yo vi a un hombre', le digo.

Nora: ¿A quién?

Yo: No sé cómo explicarte pero cuando le conocimos estábamos juntas.

(Nora pone cara de extrañeza)

Yo: Fue un día en esa cafetería de la esquina que antes era una tienda de deportes.

Nora: ¿La cafetería donde tomamos el café el día que tuviste aquella aventura en el hotel?

Yo: Sí, la misma. Pero no fue ese día, ni tampoco aquel otro día que te dije que si veía pasar al padre de Anouk saldría a la calle y le espetaría: ¡Eh tú, tienes cara de aburrido y yo para que te enteres no llevo bragas!

Nora: Calla, calla. Menos mal que no hiciste aquello.

Yo: No lo hice porque no le vimos. ¿No te acuerdas?. Pero si llega a pasar lo habría hecho. Puedes estar segura (sonrisa perversa)

Nora: ¡Qué loca estás!. ¡Calla!.

Yo: Tal vez pero allí le conocimos... una mañana

Nora: ¿Pero cómo es?.

Yo: Pues, no sé decirte. Creo que se parece a otro hombre. Sí, eso fue lo primero que me confundió de él aquel día. Creo que es alguien que luego no es...

Nora: Bueno, ¿y qué ocurrió cuando le viste hoy?.

Yo: Pues algo semejante. Nos miramos y tuve la sensación de que a él le sucedía un poco lo mismo, sólo que hoy salía del edificio en compañía de su mujer y sus hijos.

Nora: ¿Y te quedaste observándole luego?

Yo: Sí.

Nora: ¿Y él se volvió para mirarte?.

Yo: Sí.

Nora: ¿Y le buscarás?.

Yo: No lo sé. Me siento como cansada. Como si estuviera cansada de siempre ser yo la que hace todos los esfuerzos. Me da pereza. Me está apeteciendo quedarme sólo a esperar por las cosas que ocurren. Será la inercia. Será que me he contagiado de la inercia que mueve el mundo.

Y Nora y yo nos ponemos a hablar de Enol, y del doctor 'R'. Y entonces recuerdo por qué he pretendido hilvanarla a ella en mitad de esta historia (uno de los motivos... 'se ha caído por el agujero final de un cuento'). Recuerdo que Nora le cuenta al doctor 'R' en la primera mañana de regreso al trabajo que lo más extraordinario que le ha sucedido durante sus vacaciones ha sido nuestro encuentro como 'Moshes'

Es el día que elegimos para probar la comida hindú. Y cuando llegamos a la ciudad de Enol todavía no huele ni a curry ni a olas, y paseamos por sus calles interiores, y nos tomamos un Canei que nos entona en una terraza próxima las termas romanas y allí el olor salobre se nos aproxima y luego yo propuse que echáramos a andar en dirección contraria a la del restaurante Indio. Aún era temprano pero Nora no quiso que entráramos en el único bar en el que yo sentí deseos de detenerme porque estaba atiborrado de hombres y de miradas de hombres vulgares. Tampoco era algo imprescindible así que seguimos caminando con la intención de llegar vete tú a saber dónde. La sensación era la habitual, la de dejarse ir y de pronto ella me agarra por el brazo y me dice: ¿Tienes un bolígrafo?. Y yo voy buscando, voy buscando no sé qué con la mirada pero no he visto nada y por eso no entiendo lo qué ocurre. Íbamos hablando de follar con la mente y de la última vez que habíamos hecho aquel mismo recorrido por la avenida de la playa. Nora me invitó a ir con ella a una conferencia que daba su psicólogo en un centro cultural de la zona y recuerdo que para la ocasión se había comprando un libro de Rosa Montero... a ver si hago memoria, un segundo... sí, creo que era 'Crónica del desamor'. Y yo me animé a asistir porque tenía muchas ganas de verme otra vez con Ismael, el hombre que me mostró el único secreto de la vida que merece la pena saberse. Una noche, en un encuentro de crecimiento personal, sobre un encerado de color verde aceituno.

En una cabina un hombre alto y negro que sujeta cerca de su oreja un teléfono hace gestos con la mano libre en el aire como si escribiera. Y yo le digo a Nora que no con la cabeza, que hoy no tengo ningún bolígrafo precisamente porque estoy con ella y se supone que hemos venido sólo a estar juntas, y eso lo pienso pero no lo pronuncio. Y me quedo mirando como hipnotizada al hombre negro del interior de la cabina que sujeta el teléfono cerca de su oreja intentando comprender la situación real de lo que le sucede. Parece muy apurado y él también me mira a los ojos y Nora se dobla hacia el interior del bolso como si estuviera desapareciendo por él de la escena, porque mi cerebro se ha puesto en marcha y procesa cosas tales como que los negros huelen diferente a los blancos. Se lo he escuchado a mi abuelo hace un siglo, fue cuando navegó por el Amazonas hasta Belén años antes de morirse, pero eso nunca tuve la oportunidad de comprobarlo y hacía escasos días Rachel lo había escrito, lo recordaba:

Los africanos que vienen a este locutorio huelen muy bien. Siempre he soñado con tener la piel más oscura, con ser más morena, con tener la piel marrón y tener la piel perfumada como la de un africano. Los blancos apenas tenemos olor, apenas tenemos sabor. La piel blanca es desabrida y sosa. Supongo que por eso me tumbo al sol como si fuera una lagartija, porque quiero tener otro color de piel, quiero ser más africana que europea...23/08/2004

Por eso cuando Nora le tiende el boligrafo al africano y él le pide que sea ella misma quien pase al interior de la cabina y tome nota y Nora me mira, me mira como si no supiera lo que hacer pero decidida a seguir ayudándole, yo que ante todo lo que quiero es O-L-E-R, prácticamente le arrebato el bolígrafo de las manos y la empujo hacia atrás apartándola. 'Tú, tranquila. Deja que entro yo'. Y ya se ha puesto en marcha ese mecanismo implacable donde uno vive las cosas sólo para luego poder escribirlas. Dónde existen los sucesos sin sentimientos, o los sentimientos se trascienden, o se subliman o se olvidan y sólo importa la experimentación.

¿Sí? -digo mientras aspiro hasta la última mólecula de todos los olores que se resumen en la cabina: restos de un perfume de mujer que no distingo, son petalos de flores , y salitre y también iodo, el mar está a escasos metros, y lluvia, la que se presiente en el aire por venir, y quizá el estaño de un soldador y una naranja que se ha podrido y orín y un aroma extraño que me recuerda a Antonio. Y ya lo sabía yo. Antonio era un blanco que olía a negro.

Una voz de mujer al otro lado: Tome nota del número de cuenta que voy a darle.

El africano me ha puesto también en la mano junto con el bolígrafo de Nora un sobre muy escrito. Busco una esquina libre y comienzo a apuntar un número tras otro mientras los voy repitiendo en alto. Llego a la esquina y dibujo una flecha para indicar que la serie sigue ... Termino y le repito de una vez todos los números. Es correcto y Nora me parece terriblemente pálida al lado de ese hombre oscuro. Le cedo el teléfono y le pongo el sobre y el bolígrafo en las manos mientras le huelo a él como una autómata , y es cuando me siento un poco aturdida de haber estado respirando con tanta intensidad y concentración. Salgo y suspiro y me relajo y no sé que me dice Nora pero es algo corto y no puedo pedirle que me lo repita porque el hombre oscuro vuelve a tocarme en el hombro y me pide que pase otra vez al interior de la cabina y que me haga cargo de la conversación. Lo ha dejado todo en mis manos. Hay que ir a la sucursal de un banco a ingresar una cierta cantidad, eso no importa.

Vamos a ver -le digo entonces a ella haciéndome cargo- voy a explicarle cual es la situación. Este hombre es extranjero y no conoce esta ciudad y yo no puedo ayudarle porque soy una visitante y tampoco la conozco. Me ha detenido por la calle cuando pasaba al lado de esta cabina telefónica y ahora hablo con usted que me dice que hay que ingresar un dinero en una cuenta pero que no es capaz ni de indicarme el nombre exacto del banco.

La mujer al otro lado del teléfono: Sí, él sólo debe ir ingresando lo que buenamente pueda en el central hispano o el santander, en cualquier oficina.

Bien señorita pero estoy segura de que usted esta sentada en estos momentos frente a una pantalla de ordenador así que si no le importa consúltelo y facilítenos una dirección porque acabo de decirle que no conocemos la ciudad y para usted desde ahí tiene que resultar muy sencillo. -parezco enfadada, en realidad me estoy impacientando, es como hablar con alguien programado, con una computadora que no atiende a razones.

Pero ella dice que no, que eso no puede hacerlo de ninguna manera y yo oteo la calle buscando un rostro que se acerque a lo lejos, un rostro que me llame, que me diga algo, entre las gentes que transcurren por detrás de los rostros expectantes de Nora y el hombre negro que permanece con los brazos caídos en estado de reposo a su lado. Y hay un hombre, el rostro de un hombre moreno que se perfila entre los otros cuerpos y rostros de individuos desdibujados y le hago un gesto al africano para que se haga cargo del teléfono y yo me dirijo a ese hombre cuyos ojos me miran con interés pero que también observan con cierta inquietud el panorama que se cierra a mis espaldas. Estoy con una mujer blanca y perfumada, como yo misma y con un hombre de raza africana y olor negro.

Y él desconfía, como es lógico, pero yo le explico la composición de imágenes en un instante: 'Mire, nosotras pasabamos por aquí y él nos pidió ayuda. Resulta que este chico debe ingresar un dinero en este banco (le señalo la nota que he tomado). ¿Podría usted indicarnos como llegar?. Y entonces el hombre se tranquiliza y creo que hasta me toma del brazo y Nora y nuestro amigo también prestan atención a lo que dice y él me señala un edificio de tres plantas, me hace verlo a lo lejos y me dice que tenemos que doblar por allí hasta llegar a una plaza que Nora por suerte conoce y que el banco que buscamos está allí mismo, en una esquina. Y los tres le damos las gracias y nos ponemos en marcha y Moshes que se llama así intenta quitarme el papel de las manos, pero yo no le dejo porque le explico que quiero anotarle mejor los números. Y nos cuenta que lleva cinco años en España pero viajando y que ha estado en Barcelona y en Bilbao y habla perfectamente nuestra lengua, aunque dice que no tanto como para manejarse con seguridad con los números. Y nos pregunta que de donde somos y yo le contesto mientras nos dirigimos hacia nuestro destino con un ritmo trepidante. Le digo que somos de otra ciudad cercana y que hemos venido hacer unas visitas, y le oculto lo de la comida aunque he estado tentatada de decirle la verdad pero hace unos metros he acertado a preguntarle a Nora si le importa que le acompañemos y aunque me ha dicho que no, 'porque de todas maneras ya lo estabamos haciendo aunque a ella le importe', mi amiga me ha mirado pálida, más pálida aún si cabe, y su aspecto era tan espectral que me ha parecido una muerta que me habla desde Comala. Y Moshes camina a mi lado y yo camino al lado de Nora que luce su tez transparente, más blanca que nunca y la gente nos mira, sale hasta por las puertas de las cafeterías para mirarnos como si fuéramos personajes de un video de zoombies de Michel Jackson y por las ventanas también nos miran con esas miradas con las que se mira a los negros que se atreven a manchar con su oscuridad la compañía de las mujeres blancas y yo ni siquiera me lo puedo creer, no me puedo creer que esté habitando un mundo de mentes tan obtusas y subdesarrolladas y Moshes ahora me pregunta si puede visitarnos a nosotras cualquier día de estos y yo le digo que no, y él se sorprende porque entonces ya sí que no le encaja nada y le explico que yo vivo montada sobre el instante y que nunca sé lo que voy a hacer en los próximos cinco minutos. Y él me sonríe y dice que comprende, y luego dice que vivo como los profetas, que soy una profeta pero yo le digo que no, que se equivoca, que en todo caso vivo como los locos y que soy una loca. Y él se sorprende aún más por mi respuesta, y supongo que en su cultura lo de la locura debe ser algo así como una enfermedad muy grave, pero aquí no es así, ¿o sí?. Yo creo que no, que eso de estar loco aquí lo afirmamos todos, en un momento dado, con cierta gratuidad. Ahora bien, al segundo la cosa se pone mucho más grave cuando comenzamos hablar de lo que es normal o no es normal. O sea que cuando alguien dice acerca de ti: 'es que no me digas que eso es normal', o te asevera: 'Tú no eres normal', entonces ya nos hemos colado por el hueco del infierno y los pecados, y claro no nos vamos a salvar. Somos un caso crónico y estamos perdidos. La 'a-normalidad' es un carcinoma para esta sociedad y se acabó toda presunción de inocencia. Aunque yo le digo a Moshes que no se preocupe que sólo estamos jugando con las palabras y que tanto 'El profeta' como 'El loco' son sólo bonitos textos que un día escribió Gibran pero Moshes no es muy distinto a los demás; quiero decir que está tan cargado de prejuicios como todos nosotros y no es capaz de asimilar que sólo seamos españolas y que no queramos nada de él, que no persigamos ningún fin. Él me dice una vez y otra que no lo parecemos, que a él le parece imposible. ¿Y por dónde nos sitúas?, le pregunto. En Holanda, holandesas, dice. Y yo miro a Nora y en realidad pienso que sí, que así tan pálida y desvalida es como una metáfora poética de la Nora que yo conozco y se asemeja mucho a una muñeca de porcelana que me trajo mi abuelo de Holanda cuando era pequeña. Y le contesto a Moshes: 'Claro, no me extraña...'.Y Nora se ruboriza, y ahora sí que Nora es como un tulipán. Pero Moshes me saca del error, y dice que es por todo, por la forma de ser, por la ropa incluso, por los colores más que nada. Y yo bajo los ojos y me miro y pienso en 'La mujer difícil' de Irving: pues nada, me digo, será que voy vestida como una prostituta de escaparate (parte de la acción de esa obra transcurre allí) y nos damos la mano porque hemos llegado a la puerta del banco y Nora también se despide de él. Y por cierto, ahora me entero de que fue Kim Basinger quién protagonizó esa película, 'La mujer difícil'. ¿Merecerá la pena verla?. El libro me gustó. ¿Recuerdas?. Era en él, dónde se decía aquello del amor y la risa y se citaban esos versos de Yeats que yo en mi ingenuidad creía que tú podrías comprender.

Si yo tuviera telas bordadas de cielo,
tejidos con oro con plata y con luz.
Transparentes telas de un azul sereno,
de noche, de luces y de amaneceres.

A tus pies pondría todos mis tesoros,
pero en mi pobreza poseo tan solo,
los sueños que a tus pies extiendo,
pisa suavemente, que pisas mis sueños.

W. B Yeats


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- xv - Crecer y Menguar, esa era la sensación de Alicia en la casa del conejo

- xv -  Crecer y Menguar, esa era la sensación de Alicia en la casa del conejo

Después de mirar a Roxana me miraste a mí. Creerías que iba a saludarte. La semana pasada habíamos vuelto a hablarnos después de casi dos meses de silencio hostil pero te equivocabas. Eso ocurrió el día que Nora y yo estuvimos tomando el café en el 'Puesta de sol'(el bar no se llama así pero hay una inmensa puesta de sol en tonos rojos y anaranjados pintada en la pared) y Nora y Anouk hablaron con Enol pero el lunes ya era otro día.

Tú y yo hablamos más tarde de lo del teléfono aquel jueves, luego en la calle al par de horas. Anouk entró a la panadería a buscarme. Y yo hacía unos minutos que me había cruzado con ese tipo que me llama tanto la atención y que no me hace ni caso ( apareció en escena como hará cosa de un mes y medio y me recuerda mucho a aquel Enol que conocí cuando tenía 18 años). En mi interior le digo 'el extranjero' porque me lo parece, tal vez por el contraste entre su pelo blanco y la barba negra. Y tú, que esperabas en la esquina, me taladraste con los ojos y te pusiste sarcástico conmigo. Y yo que iba andando a tu lado tomada de la mano de Anouk reaccioné orgullosa y sensible, como me ocurre aunque no quiera (y conste que me encanta, aunque sólo te lo exprese entre la intimidad de este paréntesis). No entiendo por qué cuando me miras y me hablas de esa manera en que lo haces, como si estuvieras amonestándome por algo, como lo hiciste ya aquel primer día en la consulta cuando nos conocimos, me siento como si volviera a tener diez años y tú fueras mi abuelo, y el vértigo se repite. Me haces sentir pequeña y borracha de debilidad pero el lunes eso no ocurre y tú te enfrentas a mí esperando que yo abra primero la boca pero no lo hago, te digo lo que te digo con la mirada y no la abro. No me da la gana (orgullo sin debilidad) y tú entonces aprietas los labios y sientes el vértigo, es tu turno, porque si no emites el saludo estipulado no sabes vivir sin marearte, sin tener la sensación de que el mundo gira y gira cada vez más rápido. Y te sientas detrás de nosotras y esa mujer, Carmen, si te saluda y te hace la pelota a raudales. ¡Qué asco!, y yo pienso que eso es lo que te gusta, a lo que estás jodidamente acostumbrado, lo que dominas, pero por eso mismo a mí no me da la real gana (soberbia y sensibilidad). Y desde esa tarde no te veo.

Luego, el martes, Alma me dice que tiene cita el 11 de octubre con su enfermera. Y me lo dice después de que yo le haya contado que he vuelto a ver a Dalma y que ese mismo día he quedado con Enol para follar en un hotel, y yo me enfado y le digo que la cambie, que ese lunes me va a ser imposible acompañarla porque ya he quedado y no quiero tener que ir corriendo por todas partes con la comida en la boca y menos para follar. Y Alma se enfada y dice que no, que ya se arreglará sola y todo porque no le gusta transigir con sus hábitos y discutimos porque la vejez es muy egoísta y ella en el fondo, en el trasfondo, lo que no quiere es que yo ande por el mundo acostándome con nadie; y es esa moral antigua, trasnochada y judeo-cristiana, y lo que considero aún más aborrecible, que no es ni su moral porque Alma no es tan idiota ni de coña... Digo que es esa moral malentendida y que ha tomado prestada la que le hace de continuo intentar reventarme todos los planes. Pero yo hoy tengo una contractura en el cuello que no me permite ni moverme y sólo estoy esperando a que llegue mi marido para arrastrarme hasta casa... Si fuera cualquier día, cualquier otro día me levantaría enfadada, agarraría mis cosas con furia, abriría la puerta y me marcharía dando un portazo y mandándola a tomar por el saco; o sea, lo que hago dos o hasta tres veces por semana si se tercia porque eso es lo que conlleva la confianza, que uno entra en dinámicas familiares y le es imposible escapar de ellas y por eso mismo, por lo que decía esta madrugada, porque la gente no cambia, no cambiamos, en el fondo somos los de siempre, estamos condenados a serlo, los mismos oxidándonos. Por cierto, anoche antes de acostarme busqué aquellos diarios en los que le escribía a Enol y releyéndolos se me hizo otra vez muy tarde:

'''... luego poco a poco los cambios se fueron efectuando, nos cambiamos de casa en diciembre del 71. La zapateria fue vendida para almacen, mucho antes decayo la costumbre de vender zapatos en la plaza. Guelito se fue a la mar. Por fin empecé el colegio, alli todo no fue también, y que quieres que mas te diga, tengo que abrir camino a la ''verguenza callada'' que es el libro del que tengo escritas dos páginas y media a máquina. Que díficil es en papel hacerse mayor sobre todo cuando el estilo brilla por su ausencia y la pereza mental envuelve como coraza toda tu mente. También pienso en hasta que punto contar realidades u omitirlas, transplantarlas. Como contar que no tengo ni remota idea del tiempo idea del tiempo que paso desde mis primeros recuerdos hasta el día que me conciencie que tenía padres. Creo que el primer recuerdo que guardo, de uno de los dos, es la voz que me dijo ten cuidado no te vallas a caer. Pero que iba a hacer yo quería ver la calle, era todo tan bonito. Luces, brillos, cielo oscuro, y luna. Aquella voz dura, tajante, pasados los cuatro años. Donde estuvo hasta entonces?. Sin embargo la voz de guelita me suena de siempre y las regañinas de guelito también. Que era de ellos, que hacían, donde vivían, si hasta Mimi me suena de antes. Nací por lo visto hija desnaturalizada pero creo que solo palpe en aquellos tiempos indiferencia. Si hubiera habido cariño yo lo hubiera recibido estoy segura. De todas formas debieron sufrir mucho, en ese sentido supongo que el nacimiento de mi hermano fué un consuelo para ellos. De lo que estoy segura que el cambio de piso se efectuo a razón del embarazo de mi madre. Estoy escuchando la radio al parecer de momento no hay arreglo entre govierno y estudiantes, el conflicto va ya para mes y medio... '''. 30/01/87

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- xiv - He... (si tú me dejas, si me das tiempo)

- xiv - He... (si tú me dejas, si me das tiempo)

¿Y por qué sólo 'he...'?. Por ejemplo porque he recibido una carta de alguien que me lee y al que leo con interés desde hace algunos días. ¿Y qué cosa dice?. Pues mira, juzga tu mismo:

hola, anouk
soy ............
te llamaré anouk, porque es el último nombre que te
has puesto, y te escribo este email para confesar que
me he perdido, y no creo que haya sido hace poco.
Creo que empecé viéndote como ......, luego fuiste
Clara, en 'el regreso de Enol', y ahora eres Anouk.
Hasta ahí todo iría bien.
Pero al leer los blogs me perdía, y todavía no me he
encontrado. Renuncié casi desde el principio a
buscarles una lógica narrativa, una coherencia entre
unos y otros posts. Y no digo que no la hubiera, sólo
que yo no me encontré con fuerzas de buscarla. Hablabas
de unas y otras personas y me da igual que fueran
reales o inventadas, eso no viene al caso. Pero no
lograba identificar las personas, establecer
relaciones entre unas y otras, ver algún hilo
narrativo que me permitiera seguir algún tipo de
argumento.
Si hablabas de personas reales, seguramente esas
personas lo entenderían todo. Si el blog era para
ellas, entonces yo me colé donde no debía.
si todo era creación tuya, era demasiado enrevesado y
críptico.
Ahora parecen más independientes los posts, pero
también introduces conversaciones entre personas o
personajes donde hablan de otras personas o
personajes. Pues bien, en mi humilde opinión, si todo
es parte de un todo, habría que conocer cosas o
personas o personajes que yo desde luego no conozco,
que no aparecen, para entender el todo.
Pero si cada uno es independiente y no tiene nada que
ver con los demás, entonces también me pierdo, porque
hay elipsis, referencias, datos que yo, como lector,
desconozco y que serían necesarios para entender del
todo cada post.
Así que, como te dije al principio, estoy perdido, y
me encantaría que me explicaras, si puede ser, la
historia de esos blogs sobre los que vas saltando.
En cualquier caso, seguiré leyéndote mientras pueda,
porque lo que se entiende sigue siendo interesante.

un beso


Así que hoy he recibido esta carta y de alguna manera la he contestado aunque yo no acostumbro a responder a las cartas que se me escriben y también he terminado de leer 'La identidad' de Kundera (aunque no hoy) y no me ha gustado demasiado sobrepasar su ecuador (he sentido algo parecido a lo que ya viví con la figura de la Tamina de la isla de los niños en 'El libro de la risa y el olvido') y he comenzado 'El paseo de los Caracoles' de Galvez que se abre camino por el olfato y la vista hablando de tapas de caracoles (aunque tampoco hoy) y luego mientras me dispongo a cenar busco entre el montón la película de 'Lucía y el sexo' (la tengo ahí esperando desde hace un par de años) y como yo sólo veo películas o la tele (documentales) mientras mastico y lo acompaño con vino, para no perder la costumbre he abierto el paquete de pipas que no me robó del bolso Rocío, la amiga de Sandra (porque quiero suponer que fue ella y no Sandra quién me quitó los chicles y el dinero cuando dejé el bolso sobre la mesa de comedor del salón anteanoche) y me he quedado ensimismada frente a una historia que me engancha. ¿Es real o ficción lo que le ocurre al escritor en la pantalla?.

...La solución llegó en el momento más desesperado, cuando decidí, con rabia, proyectar toda mi confusión creativa en un solo personaje del pasado: Lorenzo. Fue así, convirtiéndolo en escritor y rebajando sustancialmente el espesor, también el número, del resto de los personajes, como me hice pasajero y comencé a mirar la historia a través de las ventanillas de su vagón. Lorenzo es ya, gozosamente, la mano que remueve el destino de todos los personajes, y su relación con Lucía da un sentido largo y aglutinador a la historia. Su derecho a existir.

A partir de aquí la película se podía haber llamado, Lucía y Lorenzo, o la lectora y el escritor, la sugestionada y el sugestionador, o la realidad y la ficción... En la relación entre quien fabrica la ficción y quien la recibe, existe, con el acuerdo de ambos, una estrechísima relación de intimidad. Y ellos se sienten absolutamente libres y protegidos; él para inventar, involucrándose (o camuflándose) a sí mismo tanto como le venga en gana, y ella para dejarse llevar, reconociéndose o imaginándose en otros personajes, para preguntarse qué haría en su lugar. Personalmente vacié toda mi responsabilidad de escritor en Lorenzo, y la de lector en Lucía. Y así, sin daño ni conciencia, comencé a disfrutar.

Al descubrir de qué manera se necesitaban mis dos únicos protagonistas de esta historia, su relación sexual se convirtió, como inevitable continuación, en una fiesta privada, un despegue hacia la felicidad. Es así como cobró todo su sentido la idea misma de el sexo, desde su lado más encantado, tirando a naif. Y yo sentí que quería verlo todo de cerca, sin elipsis (en otros casos tan necesarias e inventoras), para mostrar cómo se podían enamorar mis personajes a través de su agitada relación sexual. "Me voy a morir de tanto amor" (le dice ella mientras llega al orgasmo).


Y Lucía hace y dice muchas cosas que yo hago y que digo pero lo que es más mucho más importante: no sólo Lucía. Fíjate en esta frase de Lorenzo: "La primera ventaja es que cuando el cuento llega al final no se acaba, sino que cae por un agujero. Y el cuento reaparece en la mitad del cuento. Ésta es la segunda ventaja, y la más grande: que desde aquí se pude cambiar el rumbo… Si tú me dejas, si me das tiempo". Claro y ahora me entero de que ' TIERRA' , esa tierra que llevo anhelando desde que la ''viví'' es la tercera película rodada por Meden y que a 'Los amantes del círculo polar' (la cuarta) corresponde esta frase que podría ser hasta más verdad que yo misma, porque es la verdad que persigo o que me persigue:

"Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande. Y eso que las he tenido de muchas clases. Podría contar mi vida uniendo casualidades" (ANA)

Pues bien, yo también podría contar mi vida uniendo casualidades, porque también las he tenido de muchas clases y también espero por la casualida de mi vida, la más grande, y desde luego voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta.

Luego, antes, al abrir el outlook en busca de ese correo del 'lector perdido' para transcribirlo me he encontrado con otro que no me esperaba. La chica índigo, la que no es Anouk, me escribe y me dice:

Hola:

Ayer tenía una llamada perdida a mi móvil, empezaba por 955, me extrañó, llamé y salió una niña, al final me pareció que era una broma al azar y que me tocó. Pero me resultó tan raro...la niña me dijo q se llamaba Lucía. Yo se que se estaba inventando el nombre, pero sé que no conozco ninguna Lucía, solo tu amiga, y esta semana M. me hablaba de cosas de Zoe, su hija, tiene 10 años, que le dice al azar, y que para ella son señales porque es una niña especial. Bueno, total, que no me quedaba tranquila si no te contaba esto.

Resumiendo, vi tu página, el viernes creo, me gustó, es real..eso me gusta, muy natural sobre todo, el sábado se equivocan en mi teléfono y oigo el nombre de Lucía... ¿La has visto ultimamente?. ¿Todo bien con ella?

Bueno, besos



¿Ves lo que te digo?. Otra casualidad, otra más real o irreal, y no porque yo me la invente sino porque con esta chica que me escribe yo ya no deseo mantener ninguna relación. La semana pasada me escribió otro correo dónde me pedía lo que sigue:

... no me pongas en el blog cosas personales, no me gusta que la gente sepa con quién tengo relación.

Y no es que me hiriera o nada parecido, no, no es eso. Es que yo hace tiempo que he descubierto que la gente no cambia, que se mejora o se empeora pero que no se cambia y cuando ella y yo hablamos de Lucía, se lo dije, y en en aquel momento ella me ayudó pero ... creo que ya se lo he pagado con creces y además las cuentas consigo mismo las lleva uno y malo es quién permite que se las impongan los demás... Aquella Lucía estaba perdida y yo lo sabía; aunque no me quedó otro remedio que el de negociar pero en aquel caso porque seguir me temo que sigo pensando lo mismo. Y no sé porqué la Lucía de 'Lucía y el sexo' no se folla a ese Carlos (Daniel Freire) que la cubre de barro, cuando mira como su polla crece y su erección se abre paso por entre el barro gris, no lo sé porque yo me lo follaría. No diría: 'Carlos, no quiero sexo. No puedo aún'. Y me he vuelto a poner esas escenas y he sentido ganas de masturbarme y me da igual tener o no tener la regla y que se me manchen los dedos de sangre y me da igual porque ya sé que el lunes no iré a ninguna parte:

'Ellas se fueron sin él, sin despedirse, sin ruido pero a su lado, mientras dormía, como en un sueño. Al despertarse sintió que aquellas dos mujeres sin vida seguían estando junto a él como todas las mañanas tan temprano y se quedó en calma deseando que su vida también se le saliera entera por la sangre. ¿para qué le servía ya su sangre?. Pero lo deseo muy despacio, sin valor y eligió escaparse, borrarse, ser nuevo, cambiarse la sangre entera; así que se fue diciendo adiós' (fragmento de 'Lucía y el sexo' cuando Lorenzo describe la muerte de la madre y la hija)

Y Nawja Ninri (Elena) no puede llorar, dice que ya nunca podrá hacerlo, y a lo mejor yo tampoco, y aunque al final ella pueda, a lo mejor yo tampoco.

Lucía: ¿Qué haces?

Elena: Pedir consejo a un amigo, que no sé quién es pero que cada vez me gusta más

(Lucía se sienta a su lado frente a la pantalla)

Elena: Desde que llegué a la isla me ha estado escribiendo. Me ha fabricado un cuento. Muy dulce. Para ayudarme. Él es quien me ha enseñado a olvidar y a escaparme de lo que me hace daño. ¿Lo quieres leer?. Tú también podrías vivir aquí. Es un cuento lleno de ventajas porque al final habrá un agujero por donde te puedas escapar uhfuhfuhfuhfuhfuhfuhfuhf hasta la mitad del cuento, para camibarte el rumbo, si te dejas (y le tiende el manuscrito a Lucía que Lucía toma y Elena sigue hablando). Ese pequeño símbolo de su mote (-i-) es un faro pero en el faro de esta isla no hay farero. Debe estar controlado por ordenador. Quizá por el suyo. Enseguida te encontrarás con mi hija.

Lucía: No puedo leer esto

Elena: ¿Por qué?

Lucía: Para que nos amarre por dentro y luego no me suelte

Elena: Pues mira que bien.

Lucía: Y al final lo ha conseguido

Elena: ¿El qué?

Lucía: Cambiarte el rumbo

Elena: No del todo. Le ha faltado tiempo. Por eso le estoy llamando

- xvii - Sn

- xvii -    Sn

Anouk no quiere verme llorar. Dice que no le gusta pero yo prefiero llorar a ser de estaño.

Y Anouk me cuenta que ella no ha llorado nunca. Nunca por pena o por tristeza, que no recuerda haberlo hecho ni cuando era un niña pequeña. ¿ Y cuándo pensarán los niños que se deja de ser pequeño?. Yago el niño de Nora grita y se enfada cuando se lo dices: 'NO-SOY-PEQUEÑO'. Y grita como si fuera un pequeño salvaje, y cruje como el estaño cuando lo doblan. Dice que no le gusta y lloriquea, y lloriquea y te golpea como si tú lo fueras, de estaño me refiero, y los golpes no dolieran, y Yago, ¡válgame dios!, sólo tiene tres años y medio.

Pero a mí no me importa que Anouk ahora no quiera verme llorar delante de ella, o es mentira, si me importa y mucho, y me alegro por ello, porque creo que eso significa que mis sentimientos cuentan, realmente cuentan, y comienzan a contar tanto como la ausencia de sus sentimientos.

De hecho Anouk nunca había llorado hasta este último año; aunque eso todavía no he podido confirmarlo con su padre. Él dice que ella a veces cuenta mentiras y que nunca sabes cuándo y cómo creerla. Por ejemplo, cuando ve algo que le llama la atención, como que tú te lastimes en una pierna y te arrastres sobre ella, a los pocos días o en alguna revuelta del camino, lo más probable sea que te encuentres con que ella también se arrastra o cojea. Es extraordinaria y tiene un talento inusitado para comprender e imitar todo aquello que sus sentidos captan. Yo le digo que para mí es de un color azul muy especial, Indigo he comenzado a llamarla; aunque también le digo que no todo el mundo podrá verla de la misma manera... Pero a ella no le gusta ese nombre, así que no le concede demasiada importancia al hecho, como ahora que las conoce tampoco le gustan mis lágrimas... tal vez las encuentra extrañas como al nuevo nombre, aunque hubo un tiempo en que ella misma me incitaba a llorar casi todos los días. ¡Anda, llora ahora! -decía. ¿Y por qué quieres que llore?. Porque quiero verlo - contestaba. ¿Se entiende?. Era como si para ella llorar significase lo mismo que ser de estaño, igual, y gritar o no gritar cuando te doblan, gritar como un metal.

- ¿Cuándo llorarás? -me dijo un día en el ya habíamos rebasado con creces el albor de la primavera. Nps ''conocimos'' en julio del año pasado

- Tranquila. Un día lloraré y tú me verás hacerlo. Te prometo que te dejaré verlo

- ¿Me das tu palabra?

- Sí, por supuesto

Anouk sabía bien que a mí no me convence llorar delante de nadie; como tampoco me agrada demostrar delante de otros adultos ninguno de mis otros sentimientos pero confiaba en mí. Confiaba en que lo mismo que había sucedido con el enfado y la ira, un día cualquiera, cuando llegase el momento preciso ocurriría con el llanto.

Y así fue, un día lloré porque me emocioné contándole alguna historia del oeste (probablemente le hablaba de mi infancia) y me limité a dejar que las lágrimas cabalgaran por la llanura de mis mejillas sin detenerlas, sin pretender sujetar las riendas de las emociones y sin ocultarme de la acción erosiva del viento y las nubes que anunciaban lluvias bajo mi sombrero. Recuerdo haber leído no sé dónde que las emociones son caballos salvajes. Y recuerdo su carita mirándome y escuchando en silencio, y ¡ay! se me conmueven los ojos en este mismo instante al recordar aquel momento y por eso comprendo que no soy de estaño, y que no me enfermaré de 'su peste'. No lo quiero creer, porque no sé si tú lo sabes pero el estaño es un metal que enferma de gravedad. Su sensibilidad ante el frío es tan acusada que en lugar del blanco argéntico adquiere un color gris, aumenta de volumen y comienza a desmenuzarse hasta que se convierte en polvo y helada muerte. Imagínate desmoronándote e imagínate luego desintegrándose a los tubos de estaño de un órgano en una iglesia, o aquel cargamento que se pulverizó en 1868 en la aduana de los muelles de San Petesburgo, y piensa en mí cuando me hielo y agonizo por dentro.

¡Creehg!. ¿Qué ha sido ese ruido? - le pregunto

- Un crujido - dice Anouk- de tus huesos.

No querida. He sentido como un latigazo, como cuando se rompe una fibra sensible

- No me asustes.

Yo también tengo miedo, ¿qué creías? ¿Me dejas que llore?. ¿Te importa?

- Sí, sí eso va a sanarte te dejo, y no, entonces no me importa.

Pues dame un abrazo. Las enfermedades del alma se curan, lo mismo que se cura la peste del estaño: refundiendo el metal y luego dejándolo enfríar lentamente.

- ¿Y no me contagiaré?

- No o sí. Eres tú quién dices que no puedes llorar.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Un beso

- xiii - Lo que queda del día

- xiii -  Lo que queda del día

una (hoy volvemos ella y yo al pub de ellos... ya te contaré si al final... ¿y tú y yo follamos por fin el lunes? Besos C dice:
Me caí

Sin comentarios dice: ya me di cuenta... te decía que sí... que estoy estudiando en vez de centrarme en la frase, no puedo evitar interesarme por lo que desconozco, entonces...

una dice:
entonces qué... sigue

Sin comentarios dice: estaba pensando

una dice:
Yo sólo puedo entender algo sencillo, que él conoció a io y que de alguna manera io desapareció del cielo con él

Sin comentarios dice: 'porque es un cielo'. Sé que giró el cometa y torció el rumbo y se llevó su nombre.

una dice:
Es como lo siente

Sin comentarios dice: no veo eso de que desaparecemos por el cielo, dice que yo soy el cielo

una dice:
no, dice que io es un cielo... no el cielo. 'io es un cielo'

Sin comentarios dice: YA LO VEO!!. Es que claro, daba por hecho desde el principio que yo era el cielo y él, el cometa
vale... ahora volvemos a lo de antes: recuperar "eso", recuperar a io y lo siento... pero creo que es imposible

una dice:
Pero es que es cierto que él se llevó para siempre su nombre

Sin comentarios dice: por qué dices que es cierto?

una dice:
porque io terminaría por irse igual pero en este caso, él fue quién se llevó su nombre, él y no otro. Yo creo que no logra perdonarse eso, haberte robado tu inocencia. Lo que le atrajo de ti. Fue atraído por la luz de tu inocencia, de tu bondad y fíjate cuando te habló de Inés, te habló de su bondad. Tú me lo dijiste

Sin comentarios dice: sí pero no es la misma bondad

una dice:
¿por qué no?

Sin comentarios dice: porque la bondad es diferente según la persona. Yo lo veo así. Nunca es la misma capacidad

una dice:
La bondad es la bondad y la maldad es la maldad, luego están las personas que las ocupan, van sucediéndose pero si una cosa te atrae una vez

Sin comentarios dice: vale... yo perdí esa bondad

una dice:
...te atrae otra y otra, como si tuvieras pendiente algo con esa cosa y vas encontrando personas en tu camino, con las que una vez y otra te enfrentas a lo mismo. No te enfades por lo que perdiste

Sin comentarios dice: pues no sé, no sé cómo mostrarselo. Me enfado

una dice:
No pienses en mostrarle nada, lo sé...

Sin comentarios dice: no me gusta como soy ahora

una dice:
pero me da miedo de que te enfades contigo, o con él, otra vez o con cualquiera por algo que ya no tiene remedio. Tienes que gustarte como eres ahora

Sin comentarios dice: a ver... no me disgusto porque ahora tengo cosas que antes no tenía: amigos... entretenimiento
y una vida correspondiente a mi edad. vale, hasta ahí, muy bien pero me he encasillado en una personalidad que muestro diariamente a quienes me rodean. Soy como una jodida maraca, sonrío, soy alegre, dispuesta a todo

una dice:
mientras no me toques 'dos gardenias'... ja,ja,ja,ja... Es broma

Sin comentarios dice: jajajajajajaja, dos gardenias para ti...

una dice:
calla, jodida maraca

Sin comentarios dice: jajajajajajaja

una dice:
...que detesto a Machín, a ver...

Sin comentarios dice: si, yo también... bueno, es que yo pongo cada ejemplo pero vamos... que tengo complejo de payaso más bien. He perdido mi sensibilidad

una dice:
Yo también lo tuve

Sin comentarios dice: sólo la recupero a rachas y cuando estoy sola en mi habitación, por la calle... me gusta pasear por el paseo maritimo

una dice:
chiquitina! sensibilidad, esa es la palabra de Ander. Inés no es bondadosa porque lo sea, lo es porque es sensible y de mí dijo lo mismo. Eso es lo que le atrae, la SENSIBILIDAD

Sin comentarios dice:pues te acabo de decir que la he perdido...

una dice:
y lo que le alejó fue una falta de sensibilidad para con sus sentimientos. Lo que le hiciste, por ejemplo, escribir sobre él y sobre lo vuestro

Sin comentarios dice: le he hecho demasiadas cosas

una dice:
...y llorar en público pero al principio fue eso. Te leía en .........

Sin comentarios dice: no he llorado en público

una dice:
te leyó en ......... Sí, yo te conocí llorando en público, ahí fue cuando nos conocimos nosotras, lo que pasa que tú ya no te acuerdas... la chica de la buhardilla

Sin comentarios dice: es que me extraña porque no sé llorar delante de la gente

una dice:
llorabas en sus poemas... Es una metáfora de algo que exteriorizabas, tu pena, la injusticia a la que te enfrentabas

Sin comentarios dice: lo de ....... sí que ha sido jodido

una dice:
yo te leía entonces allí y él lo mismo que yo

Sin comentarios dice: no sé si será tarde... ya borré todo lo mio de ........ y creo que también lo voy a hacer en ...... algo es algo

una dice:
No

Sin comentarios dice: y nunca es tarde, todavia estoy a tiempo... ve mirando sus poemas mientras

una dice:
Ya lo hice

Sin comentarios dice: qué rapida!

una dice:
sólo quiero quedarme con una visión general, ya regresaré cuando sepa lo que busco. No es muy bueno escribiendo poesía

Sin comentarios dice: no es bueno?. Yo creo que se le da muy bien, le critico más la prosa

una dice:
porque tú le amas. Me gustó el primero, el de la portada, ese sí pero a los otros... no sé... flojean y no te enfades

Sin comentarios dice: por qué decías que me gustaría menos la poesia?, ¿quiénes son las "otras"?

una dice:
Explícame eso

Sin comentarios dice: lo que pusiste en mi bitacora

una dice:
¿ah sí?. ¡Joder!, pues pasaré por allí para ver lo que te dije, yo no escribo reflexionando, escribí lo que escribí después de leerte a ti. Luego de hablar con él y contigo me puse a buscar artículos sobre la ciudad

Sin comentarios dice: lo que sentiste, vaya, ¿si?

una dice:
la ciudad más antigua de occidente y me encontré con todo lo que él me había dicho. Ha leído, ha estudiado pero no es original, sólo sabe, sólo repite, sólo encaja. Es una sensación. No me hagas mucho caso. Una mera sensación

Sin comentarios dice: te lo tengo que hacer... ya te dije lo que sentí. Fue lo mismo

una dice:
Ahora voy a leer esa carta

Sin comentarios dice: Bien

---------------------------(*'una' está leyendo...)------------------------

una dice:
¿Placebos?

Sin comentarios dice: placebos?. No te entiendo.

una dice:
sí, cómo te cuadra eso en la vida de Ander, en vuestra relación

Sin comentarios dice:los placebos son como medicamentos,no?

una dice:
sí, sustancias inocuas en todos los sentidos pero que se suministran como si fueran una medicina

Sin comentarios dice:por su efecto sugestivo

una dice:
y el paciente convencido de su poder las ingiere y sana. (Ya he leído lo que te escribí y lo mantengo)

Sin comentarios dice: pues, lo de los placebos no sabría como encajarlo, la verdad pero es que yo no me veo sin la poesía

una dice:
Pues si no sabes como encajarlo ... yo lo que no veo es que él sea el autor de ese poema-carta. A ver, sobre lo que te escribí... yo digo que a mí lo de 'suvenapoéticamelapela'. Será buenísimo recitando pero yo ya no tengo 18 años. Para eso ya conocí a Enol. 'Los poéticos' no me atraen porque...yo ya he desarrollado ese lado en mí. A no ser que conociera a un gran poeta, a un gran mago, a un gran hombre y me fascinase. Y digo: 'eso es para otras que aún tienen que desencantarse de lo que yo ya me he desencantado'. Y digo...

Sin comentarios dice: ya entiendo

una dice:
... que tú, dentro de un tiempo, serás como yo. No te atraerá la poesía fácil. Aspirarás a lo auténtico, aunque sea al hueco auténtico

Sin comentarios dice: (sonríe).... bueno, y qué me dices de este poema?

una dice:
Aunque el otro día su intuición me causó impresión pero más que nada porque ... tú estás detrás de la historia y por ese motivo soy proclive a sentirme muy susceptible por todo. Y de tu poema digo que me encanta, del que has 'construido' con su conversación

Sin comentarios dice: no, me refiero al que acabas de leer pero no me hagas caso, no será de él

una dice:
al de la esa carta...

Sin comentarios dice: sí, sólo que yo lo sentí así

una dice:
pues te repito que me escama eso del placebo y del onanismo

Sin comentarios dice: sí, es muy duro

una dice:
Y no me encaja, y si no encaja... pues no hay traje que colgar a ningún muerto de momento, al menos para mí; yo me quedo con las realidades solamente, la conversación del otro día

Sin comentarios dice: si, tienes razón

una dice:
...es lo único que tenemos de él, lo más fiable y ya ves...

Sin comentarios dice: pero sospecha y la verdad...se puso demasiado "alegre", ¿cómo explicarte?

una dice:
Yo no le he vuelto a ver aunque di tú que no he parado mucho por aquí

Sin comentarios dice: demasiado ''optimista'', él no es así, carmen, él necesita que le estén constantemente subiendo el autoestima

una dice:
Ni tú lo eres y me dices que lo disimulas muy bien

Sin comentarios dice: qué disimulo bien?

una dice:
Antes me dijiste que te dedicas a ser maraca, pues lo mismo

Sin comentarios dice: jajajaja, no es que me dedique

una dice:
...frente a los demás os cubrís.

Sin comentarios dice: vamos a ver, comencé siendo alegre...

una dice:
os ponéis un disfraz de alegría

Sin comentarios dice: y es como si ahora no pudiese ser de otra manera. Bueno, sí

una dice:
ya, como esos actores a los que siempre llaman para las comedias

Sin comentarios dice: también es la primera vez que habéis hablado. ¿Escribe para Inés?

una dice:
No lo sabemos

Sin comentarios dice: esa frase suya me atormenta

Una dice:
No dijo eso

Sin comentarios dice: 'yo escribo para una mujer que no es mi mujer. No tengo mujer'

una dice:
Puede que escriba para su musa

Sin comentarios dice: la mujer que no es su mujer...

una dice:
...para su ánima, la mujer que no es su mujer porque él no tiene mujer. Tiene mujeres

Sin comentarios dice: hombre, si escribe en un estado exultante como él dice, yo no soy precisamente ella

una dice:
En su vida hay mujeres. ¿y por qué tienes que ser tú?. Él no es biunívoco. Puedes ser tú a veces...

Sin comentarios dice: porque me gustaría serlo

una dice:
... cuando tu belleza le exulta y luego otra y luego otra... A mí me sucede eso. Son mis sentimientos los que me exultan

Sin comentarios dice: es que yo no escribo para él... escribo porque necesito hablar de él. Exacto. Me gustaría que él sintiera eso

una dice:
A ver chiquilla, no lo va a sentir porque él ya no es biunívoco como tú. Eso se perdió. Eso se pierde

Sin comentarios dice: lo sé...

una dice:
Eso muere con el primer amor

Sin comentarios dice: :'(

una dice:
Lo siento. Podrá quererte mucho pero también podrá querer, desear, amar, necesitar ... a otras

Sin comentarios dice: yo se lo di todo. Supongo que tengo la carga de no olvidarle nunca

una dice:
No cariño, no es así

Sin comentarios dice: pero a él le da igual una más y otra. Yo parto desde él. Desde él, no he conseguido amar

una dice:
No es 'dar igual'

Sin comentarios dice: echo de menos eso

una dice:
No es eso

Sin comentarios dice: bueno ahora me gustaria intentar volver a ser la que fui y no es fácil

una dice:
No puedes

Sin comentarios dice: era buena... muy buena

una dice:
io era inocente, sensible pero Bahía también lo es, aunque se ha curtido y tiene cicatrices

Sin comentarios dice: estoy llorando, joder. No es justo

una dice:
Bueno, me preocupa más tu muñeca que esas lágrimas

Sin comentarios dice: es q no puedo evitar desconfiar

una dice:
porque lo que tienes que entender...

Sin comentarios dice: (va bien, aunque la rodilla me duele a rabiar)

una dice:
...es que él es distinto a ti. Ya no es como tú y tú puede que llegues a ser como él. Si sigues empeñada en mantener tus fantasías románticas nunca le recuperarás. A él sólo puede recuperarlo esa mujer de la que estás a medio camino de ser

Sin comentarios dice: no sé qué debo hacer pero dejaré pasar el tiempo

una dice:
Crecer

Sin comentarios dice:...ya lejos... de todo esto... de él... no perseguirle... dejar esa ausencia

una dice:
Se trata de que comiences a no torturarte por que él tenga sentimientos por otras personas. Te pudo haber querido a ti y a Inés de distinta manera o incluso de igual manera

Sin comentarios dice: yo sé que me quiso

una dice:
y yo sé que te quiere. A quién no quiere es a Francesca

Sin comentarios dice: pero ella llegará a ser como yo

una dice:
¡Anda ya, hombre!

Sin comentarios dice: (sonrío)

una dice:
Francesca llegará a follarse a éste, al otro, a aquel. ¿y qué?, son objetivos, sólo eso. Tú sentiste amor. Tú te enamoraste locamente

Sin comentarios dice: y él perdio la cabeza. Los dos lo hicimos y nos dio igual

una dice:
Sí y eso no sucede muchas veces en la vida. Mírame a mí: quisiera y ya tampoco creo en nada, ni en nada ni en nadie. Tú me entiendes

Sin comentarios dice: sí, te entiendo muy bien

una dice:
¿Crees que volveremos a verle por aquí?

Sin comentarios dice: si, creo que si, tú a él si puedes verle y dudo que te diese a no admitir

una dice: ¿y él a mí no, aunque le tenga abierto todo el tiempo?, porque eso estaría genial

Sin comentarios dice: claro, él te borró y es tan "tonto" que no sabe cómo agregar. Cuando yo entré y tú me hablaste pensando que yo era él... me aparecíste desde la nada, chica

una dice:
Mejor así, genial

Sin comentarios dice: cambiando de tema, porque me queda ya poco tiempo, mañana me hacen una entrevista

(...)

Sin comentarios dice: escribo porque lo necesito. No me gustaria publicar y ya soy alguien haciendo lo que me gusta

una dice:
Pues a mí si me gustaría que publicases

Sin comentarios dice: los poemas no me importaria pero mi vida no

una dice:
Hay momentos en tus bitácoras maravillosos. Hay retales , fragmentos. Revísalas un día. Fuiste creciendo en ellas

Sin comentarios dice: vale... lo haré. Ahora estoy imprimiendo para encuadernar. Ya he puesto otra bitácora nueva en el jardín...

una dice:
¿Puedo modificar esta conversación?, ya sabes... Enol no logra entender que ésta sea una de mis 'perversiones'. Dice que no le importa que haga público lo que hablamos pero yo sé que no es cierto.

Sin comentarios dice: claro que si...

una dice:
Gracias. No sé si lo haré pero hay una idea que se abandona y duele un poco morir con ella. ¡Bahía!, siento que tengas que vivirlo, que ya lo estés viviendo. Dos minutos 'cenicienta'

.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Pero nuestros minuteros debían marcar horas distintas y ella ya no contestó... y a las dos de la madrugada para Bahía dan las doce en el reloj. Su padre lo ha estipulado así. Menuda calabaza y nosotras en zapatitos de cristal.

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- xii - Ïcaro (con diéresis) y Wanda

- xii -   Ïcaro (con diéresis) y  Wanda

No me puedo dormir... así que continúo escribiendo:

Mientras 'R' curiosea más que compra yo voy exponiéndole mis dudas y mis quejas.
Así que ella cuando la llamo por la noche para comunicarle que abandono la actividad lo que escucha no puede tomarla por sorpresa.

- Abandono, eso es todo. Abandono.

- ¿Pero por qué?, me pregunta.

- Por lo mismo que te dije esta mañana y porque la considero a ella capacitada de sobra para realizar sola el trabajo. Yo podría. Así que si yo podría... ella no veo por qué no ha de poder.

- ¿Pero no nos vas a prestar ni una ayuda aunque sea al principio?

- Mira 'R', no me quieras quemar y no abuseis de mí. Si me marcho ahora en buenos términos, siempre tendréis con quién contar cuando ella os de por el saco. Y no quiero que me llame nadie para convencerme, ¿de acuerdo?. Quiero que se me deje en paz.

Y 'R' tiembla sólo de pensar en mañana, cuando tenga que enfrentarse a 'A' y a 'M', y comunicarlo. Eso es lo que me dice, aunque me entiende.


Tú cuando llegaste a nuestra altura la miraste primero a ella. Creo que Roxana era tan fea por dentro como lo parecía por fuera. Estábamos con Victor. De acuerdo, alguien como Victor no es lo más agradable de presenciar. Impresiona. A mí me sucedía... Ellos pidieron dos coca colas con limón y yo un café con hielo, y pagué yo aunque ella quiso adelantárseme otra vez. Y a pesar de que el moco que colgaba de la nariz de Victor era espectacular las niñas no se negaron a darle un beso. Anouk las incitó pero ella no lo hizo y las otras lo sabían y aún así callaron y yo tampoco lo mencioné. No sé, tal vez tendría que haberle pedido a Victor que fuera al baño a limpiárselo el mismo pero quería observar como reaccionaba Roxana ante ello. Y ella sólo calló y yo me tragué mis reparos hacia adentro. Menos mal que el café era con hielo. Si hubiera sido caliente no lo habría soportado. Hay diferencias abismales entre el calor y el frío. Yo las siento.

Cuando me viste allí sentada en la terraza concentraste tu atención en la parte más lejana del parque. Y me alegré. Mientras no puedes mirarme con fijeza me siento como si dominara la situación. ¡Vaya chico!, ¿no me digas que padeces de miedo al rechazo?. ¡Qué pena me das!. Ahora sabes lo que es sentir, de nuevo, la misma incertidumbre con la que me acoso yo un día sí y otro también y otro más allá de aquel y de lo soportable. Nos batimos a duelo como si nuestros miedos fueran floretes o espadas. ¿Recuerdas la soberbia desnuda de la esgrimadora de Flagg?. Creo que te hablé de ella. Me refiero a la mujer que aparece en la cubierta de la edición 'La venus de las pieles' de Masoch, en la colección 'Sonrisa vertical' de la editorial Tusquets. He virado 180º a babor y así me ves tú ahora, sólo vestida con la capa púrpura de la coartada que me he conseguido. Apoyada en el báculo de una historia de babel y amor que me estoy sacando como un as de la manga, y como si la manga fuera la de la Maga de la Rayuela. No tengo nada que temer. 'Tú ya no me importas', pensarás. Ha sido un enroque, lo ha sido otra vez. En el momento preciso, y no tienes ni idea de dónde se ocultan los escaques de este testimonio que podría despejar de un sólo vistazo hasta el más minúsculo de tus resquemores. Así que jódete doctor, porque es lo único que te mereces. Lo siento. Porque cada vez que te he dado alas tú te empeñaste en quemármelas con la llama de tu cigarro. Ni siquiera volamos para caernos en picado hasta el sol. Y sólo por eso, por ser tan mezquino te mereces que te hiera y el dolor

'''...mientras bajo mis pies brotan a todas horas rosas, violetas y mirtos, cuyo perfume no percibís'''.

Leopold von Sacher-Masoch

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- xi - ... yo, desde luego, estoy loca

- xi -  ...  yo, desde luego, estoy loca

Lunes de mañana: Gestiones. Pero antes un encuentro con tu vecino, con el mismo del otro día, el del incidente en tu portal. Choco con su mirada o él se estrella contra la mía, y por fin descubro a quién me recuerda, a ese compañero tuyo que hacía sustituciones y que en abril colocaron en el puesto de mi médico de toda la vida cuando se jubiló. Y el tipo ha debido despedirse con viento fresco del individuo con el que hablaba y por las cristaleras del banco he visto reflejado como se ha puesto a seguirme. Tiene más de 50 años y es un depredador cazado a lazo, sólo que él aún no lo sabe. Se ha quedado atrapado dentro de su propio lazo, por fijarse en lo que no le importaba ha puesto el pie donde no debía. El otoñal también sobrepasa los 50 pero ese hombre es otra cosa. Desde luego no es ningún depredador. Nunca te he hablado de él, ¿verdad?. Me he fijado en sus manos y en su sonrisa. Y le visto atravesar por el parque alguna vez del invierno pasado. También le he visto sentado en una terraza del ayuntamiento, en compañía de un amigo y tomándose un café. Me resulta apacible y continúo fijándome en sus manos y en su sonrisa. Usa gafas y tiene la barba y el pelo cano.

Lunes de mediodía: Gestiones, las mismas. Y me encuentro con la presidenta del club que ya ha salido de trabajar (asiste en una casa) y va camino de la plaza a hacer un cambio de ropa. Le ha comprado un trajecito blanco a un niño que ha nacido, en el puesto de una gitana. Nueve euros. Se queja: 'Es que como siempre soy la última en darlo, pues la otra ya lo tenía'. Y la gitana es más joven que yo, y más alta, y más guapa, y luce un pelo largo y caoba que parece de seda y tiene más carnes y muchas más tetas y tal vez por eso está acostumbrada a tratar con las mujeres que compran saldos en su puesto y contesta: 'Llévese el chandalcito que es del mismo precio y está bien bonito'. Pero la señora presidenta duda. 'R' no es ninguna dama pero es una señora de los pies a la cabeza. Ahora no me burlo ni ironizo. Mujer entrañable, cálida y franca como hay pocas. Tiene mi aprecio. 'Es que a mí el que me gusta es ese otro. ¿Cuánto vale?'. '22 euros' -contesta con desgana la gitana que sabe de sobra que, por lo menos, a la presidenta no va a vendérselo. ¿Y a ti te gusta eso? -me pregunta a mí señalando al chandal. 'Lo que más' -le contesto yo siendo sincera. ¿Para qué iba a engañarla si ella no piensa gastarse más dinero?. Y vuelve a coger el que le gusta entre las manos y a decir: ' ¡Ay!, es que a mí el que me gustaba era éste pero hija 22 euros... Anda, tú, ponme ese otro'. Y la gitana saca los patucos de la caja que la presidente le tiende y los coloca en la del chandalcito'. Y la presidenta se extraña: '¿Un chandal con patucos?'. 'Sí señora' -afirma la dueña del puesto arrojando con precisa seguridad la caja con el traje ahora sin patucos a un cubo igual que los de la basura, que rebosa con otras cien cajas iguales que esa. Y damos dos vueltas al cuadrilatero de abastos: una por dentro y otra también por dentro aunque por fuera. Los puestos quedan en el medio del interior de la plaza y yo me he acordado del lunes que te encontré a ti allí. Iba con mi madre y era la segunda vez que te veía asomar por mi triste vida. 'Mira mama. ¿Ese no es el médico que sustituía a Don Carlos aquel día?'. Llevabas en una mano tu maletín y con la otra revolvías la ropa del puesto de uno de los gitanos con puestos fijos. 'Sí que es él. ¿Pero qué hace?. ¿No me digas que se viste aquí?',dijo mi madre muerta de la risa. 'No lo sé' -le contesté yo desbordando de pronto ganas de vivir. 'Pero anda vamos a seguirle'. 'Tú, chavala, desde luego estás loca'. Fue lo que me contestó

- ix - Pesadilla (LO INDEFINIDO)

- ix -  Pesadilla  (LO INDEFINIDO)

Hoy he tenido una pesadilla. Había una niña, yo era una niña, sólo que morena y con el pelo muy largo. Y también había una iniciación... otra niña, una de 'mis chicas' convertida en niña lo mismo que yo, me decía: 'en la cama de esta habitación nos hemos iniciado TODAS, y tú aunque no lo recuerdes... y tu padre, y tu abuelo, y su padre antes que él. No debes tener miedo'. Pero luego llegaba aquel hombre lo subían por las escaleras de la mansión en una especie de silla de ruedas, después de hacerlo descender de un coche de pompas funebres, una limusina negra, y yo sabía que sería con él, que ese era mi destino y no quería, no quería que fuera con él, aunque no recuerdo con quién quería que fuera. Y lo observo escondida en un rincón, agazapada (me he acurrucado allí temblando después de mirar la escena por la ventana) y trato de hacerme invisible, tan insignificante que no puedan verme, pero es lo mismo porque todos allí (no sé quienes son ni de quienes hablo) saben lo que me ocurre y dónde me encuentro. No parece que vaya a haber escapatoria y presiento lo que me aguarda pero no el por qué... o tal vez sí.

Después o antes también veo la pantalla de mi ordenador. El sistema operativo está desapareciendo. Un aviso me lo comunica. Lo perderé TODO. Pero no sé siquiera que es ese 'todo' que temo perder, aunque lo intuyo: algo que guardo celosamente, que creo que importa, que de verdad importa, aunque todos los otros, me digan una y otra vez que no, incluso tú.... De pronto se plantea una lucha en la pantalla. El sistema defensivo se ha activado y presenta batalla. Y averiguo que he ganado tiempo pero sólo eso, un tiempo estimado... lo sé.

.-.-.-.-.-.-.-.-.-

TODO/A: adjetivo y pronombre indefinido del latín totum.
Todos: sustantivo, masculino y plural


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